Camino al aeropuerto, Manuel solo pensaba que todo había pasado muy rápido y que éste paso solo daría entrada a que las aguas se calmaran, seria para él; su momento de reflexión, era un paso con muchos “peros” y sin embargo estaba convencido que llevándose los buenos recuerdos, no dejaría su pasado tan atrás y de alguna manera seria su aliviadero en momentos de soledad; a pesar que lo más importante era forjar su presente para un futuro más prometedor…
Carmen inquietante como de costumbre solo le daba vuelta a esos momentos que le esperaban por vivir, sin certezas; solo llevada por sus impulsos y su ganas de un poquito de felicidad. Había decidido dejar todo atrás y este nuevo paso a pesar de ser conveniente le era ajeno. Cargada de un pasado lleno de malas decisiones, de errores reiterativos, de carencias y de apegos afectivos con las personas equivocadas, sería una de sus tantas valijas que de alguna manera ella se negaba a llevarse consigo pero de las cuales no podría desprenderse. Sus pensamientos estaban en el clímax cuando su taxi llego para llevarla al aeropuerto o como ella se decía para sí misma “a su nuevo destino”…
El aeropuerto estaba abarrotado de personas entrando y saliendo, llenas de muchas expresiones y vivencias; era un mundo aparte y lleno de una cierta magia. Manuel; hombre organizado y puntual había realizado todo los tramites a tiempo para el abordaje de su vuelo y en la espera de ser llamado decidió tomarse un café en solitario…
Las puertas de entradas al aeropuerto se abrían a merced de una Carmen llena de expectativas, confusa con sus ideas pero encaminada a seguir adelante y aun con esa sensación de mariposas en el estomago; tomó el camino directo a lo que con toda seguridad calmaría su prematura ansiedad… y fue directo a tomarse un café…
El abrazo no se hizo esperar y con el mismo pudieron expresarse infinitos sentimientos y pensamientos al unísono. Todo en el aeropuerto marcho en cámara lenta, el momento fue eterno y necesario, fueron ellos y solo ellos en un momento especial; las risas y las lágrimas hacían del encuentro la guinda de lo que en otrora fuera una buena relación…
Al llamado de su vuelo, Manuel emprendió sus pasos hacia su nuevo destino, no si antes y con la esencia de un cariño le dejo de manifiesto a Carmen los buenos deseos y el éxito asegurado en este nuevo proyecto. Ella solo pudo invocarle una frase que por demás aprendió a llevarla consigo permanentemente: “Puedes ir a cualquier parte, siempre que sea hacia adelante”…
..Y como si fuera un Deja Vu, ahí estaban Manuel y Carmen rumbo hacia un nuevo camino, provistos de sus mejores intenciones, pero con rumbo diferentes…
Mamilinda,
ResponderEliminarSencillamente, excelente!
Gracias por convertir un sueño, en una realidad.
Mas vale tarde que nunca.
Sigue escribiendo...
Un beso.